Jamás imaginó que un día dispararía el .38 heredado del viejo, y menos contra Mady.
Ella había sido su gran amor, sí, él no iba a negarlo. Hasta que lo abandonó y su amor se transformó tanto que, un día, se descubrió odiándola. Odio, ira y furor crecieron en cada intento fallido de amar a otra mujer.
¿Y Mady? Mady, intacta, libre, pública. Inmortal.
Y ahora lo invitaba su casa, a esperar la Navidad juntos.
“Por los buenos tiempos”, había dicho ella por teléfono. Y, aunque a él le ardieron las tripas, dijo que sí, que voy.
El .38, pensó después. No más noches suponiéndote con otro.
—Hola, amor —largó la muy guacha. Y lo besó en la comisura de los labios.
La hubiera estrujado hasta… hasta gastarle la boca. Pero la odiaba. ¡Cuánto la odiaba!
Cenaron, rieron. Y también bailaron.
Más tarde, ella descorchó un Pommery.
—Feliz Navidad, amor —dijo, sensual.
Tras el brindis, él le asestó un balazo en el pecho.
Derrumbada. ¡Derrumbada, por fin!
La besó: que el último beso fuera suyo.
—Tu… —balbuceó Mady—. Tu copa estaba env…
Y él sintió un regusto metálico. Se mareaba, veía borroso.
Finalista del concurso “la Navidad”, publicado en la antología La Navidad, Letras con Arte, 2015.
Ella había sido su gran amor, sí, él no iba a negarlo. Hasta que lo abandonó y su amor se transformó tanto que, un día, se descubrió odiándola. Odio, ira y furor crecieron en cada intento fallido de amar a otra mujer.
¿Y Mady? Mady, intacta, libre, pública. Inmortal.
Y ahora lo invitaba su casa, a esperar la Navidad juntos.
“Por los buenos tiempos”, había dicho ella por teléfono. Y, aunque a él le ardieron las tripas, dijo que sí, que voy.
El .38, pensó después. No más noches suponiéndote con otro.
—Hola, amor —largó la muy guacha. Y lo besó en la comisura de los labios.
La hubiera estrujado hasta… hasta gastarle la boca. Pero la odiaba. ¡Cuánto la odiaba!
Cenaron, rieron. Y también bailaron.
Más tarde, ella descorchó un Pommery.
—Feliz Navidad, amor —dijo, sensual.
Tras el brindis, él le asestó un balazo en el pecho.
Derrumbada. ¡Derrumbada, por fin!
La besó: que el último beso fuera suyo.
—Tu… —balbuceó Mady—. Tu copa estaba env…
Y él sintió un regusto metálico. Se mareaba, veía borroso.
Finalista del concurso “la Navidad”, publicado en la antología La Navidad, Letras con Arte, 2015.
¡Me encantó!
ResponderBorrar¡Gracias, Mónica! :)
BorrarEs usted una inmortal, Claudia. Imagínese que ya la quiero !Y hasta le hago "piojitos" a su enorme talento!
ResponderBorrarUn día de estos le enviaré algunos microrrelatos míos. Cuidado donde pisa, porque usted sí pesa.